3. Las enfermedades de transmisión alimentaria.
Las afecciones más importantes que pueden originar los alimentos contaminados dependen del origen del agente contaminante, así como de la reacción de cada individuo.
Se
distingue entre:
•
INFECCIÓN. Es la enfermedad que se produce cuando determinados microorganismos
patógenos se reproducen en el interior del organismo.
•
INTOXICACIÓN. Es la
manifestación clínica de la toxicidad debida a que los alimentos se ven
expuestos a sustancias tóxicas que tienen su origen en:
• Productos químicos presentes en los alimentos (productos de limpieza, plaguicidas,
insecticidas, etc.),
•
Toxinas producidas por
determinados microorganismos.
•
ALERGIA E
INTOLERANCIA ALIMENTARIA. Reacción
adversa originada en personas predispuestas a un determinado alérgeno específico
presente en el alimento.
Clasificación
de los microorganismos.
En
función del daño potencial que pueden provocar, los microorganismos se
clasifican en:
• Beneficiosos: utilizados
para elaborar alimentos como: yogur, queso, pan…
• Alterantes que son los responsables de la putrefacción de
los alimentos. Detectamos su presencia
puesto que provocan que el alimento cambie de olor, color, sabor o textura
normal.
•
Patógenos. No se detectan a simple vista ni producen cambios
aparentes en el alimento. Por ello son los MÁS PELIGROSOS y responsables
de las enfermedades de transmisión alimentaria.
Condiciones para la subsistencia de los microorganismos
patógenos.
•
Agua /
humedad.
• Calor. Su temperatura de “confort” (donde se multiplican con mayor facilidad) se fija entre los 10ºC y 60ºC, puesto que es donde se encuentran mejor para poder dividirse.
• Tiempo. En condiciones favorables (agua, nutrientes y calor) la multiplicación de los gérmenes aumenta cuanto más tiempo transcurra y por consiguiente el riesgo para el consumidor.
• PH, al aumentar la acidez, los alimentos se contaminan menos por bacterias, por ello a algunos alimentos se les añade limón, vinagre, etc…
• Oxígeno. Algunas bacterias precisan reproducirse en presencia de oxígeno mientras que otras lo hacen sin oxígeno.
Conocer
las condiciones más favorables para su reproducción facilita la adopción de
medidas para reducir los riesgos producidos por los microorganismos patógenos.
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