Nutrición con Olga Lorente

‘Técnico Superior en Dietética y Nutrición’. Me encanta mi profesión y como aval, presento mis más de veinte años de experiencia ayudando a las personas a mejorar su alimentación.

“Hay que volver a lo de antes”


Recientemente, he iniciado un nuevo proyecto que se denomina ‘Estilo de Vida For You’ (@estilodevidaforyou en Instagram), que no para de darme satisfacciones, como ver cada semana la sonrisa de mis pacientes cuando salen de mi consulta.

Como Educadora Nutricional que soy, ayudo a las personas a encontrar su estilo de vida saludable a través de la alimentación, y muchas veces, saber y conocer cómo son, o cómo deberían ser los hábitos alimenticios de una persona. Esto les libera de muchas cargas que arrastran en su día a día y que les impiden alcanzar sus objetivos. Uno de los primeros consejos que doy a mis pacientes es: “hay que volver a lo de antes”. Insisto en este punto muchas veces porque cada alimento tiene su sabor característico, que queda oculto al prepararlo rebozado, empanado o en fritura. Al abusar de estas prácticas culinarias estamos empobreciendo nuestro abanico de sabores y enmascaramos el verdadero gusto de nuestras comidas. En definitiva, es imprescindible aprender a combinar los alimentos, la manera de cocinarlos, e incluso, comerlos… Y esto empieza en el principio del camino: saber adquirir los alimentos. Saber comprar es más fácil de lo que te imaginas.

Mi consejo es que compres en el mercado de tu barrio, ese punto de luz, de solera, de cercanía, de calidad, de artesanía… Que tenemos cerquita de casa y muchas veces ignoramos.

Y antes de comprar, tendremos que empezar por cambiar la lista de la compra en casa reduciendo, o eliminando, los alimentos  procesados o ultra procesados que pretenden hacernos la vida más fácil y sencilla a costa de nuestra salud.

Es preciso volver a comprar como hacían nuestras familias en los años sesenta o setenta del siglo pasado. Esto es, ir a la frutería, verdulería, carnicería,  pescadería, al puesto de encurtidos, al de casquería, o a la panadería… Todos estos comercios especializados nos ofrecen los productos de temporada en su óptimo punto de maduración en cada una de las estaciones del año y además, nos los servirán y prepararán como deseemos, puesto que los estamos adquiriendo en tiendas especializadas que cuentan con profesionales expertos.

A modo de curiosidad, hace no mucho tiempo, con el papel de estraza que envolvían los alimentos los detallistas de los mercados, nuestros abuelos los preparaban a la brasa y no solo no se quemaban, sino que se cocinaban al fuego en su propio jugo. Ésta práctica, evidentemente se ha perdido, pero resulta que era una costumbre saludable puesto que mantenía o reforzaba el sabor de los alimentos, algo que contrasta con los materiales plásticos utilizados hoy en día para envolver los alimentos adquiridos en la modalidad de autoservicio y que generan unos residuos que deben ser gestionados adecuadamente para tratar de recuperar parte de los materiales con los que se han creado. Esto nos lleva de nuevo a los mercados ya que el mejor residuo es el que no se produce y por eso, es preciso realizar nuestras compras en aquellos establecimientos que sirven los productos frescos y con el envase mínimo e imprescindible. A modo de ejemplo del perjuicio que estos envases producen, citaremos la acumulación de residuos plásticos en los mares y océanos, que está provocando que las especies piscícolas ingieran microplásticos que dañan su aparato digestivo y que pueden llegar a nosotros cuando consumimos productos del mar. El simple gesto de reciclar correctamente los residuos de envases, y mejor aún, minimizar el uso de estos envases, evitará que éstos acaben contaminando el planeta, y por tanto, afectando a nuestra salud.

Os animo a todos a volver a comprar a los mercados de nuestros barrios. Detrás de cada puesto tenemos la vida de un profesional, que posiblemente resida en tu mismo barrio o incluso sea tu vecino, padre o madre de un compañero de colegio de tu hijo… Dándole vida a estos mercados, nuestra nevera estará llena de alimentos saludables y de ahí saldrán recetas exquisitas. Debemos volver a cocinar más y más lento, empleando tiempo en lo que verdaderamente importa, sin este “corre corre” característico de la sociedad actual en la que todos nos vemos inmersos.



A veces, deberíamos parar el reloj… Y todo iría mejor




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